jueves, 5 de junio de 2014

San Martín de la val d'Onsera

Esta salida la realizamos el año pasado Chorche Calleja, Mayte la exploradora y  Amedio,  va a ser la primera que os contemos porque nos gustó muchísimo ya que es uno de los senderos más bonitos que hemos recorrido.
Y como aunque domingueros  nos gusta hacer las cosas bien  aquí os dejo esta  ficha
Horario
5 h
Severidad del medio
3
Desnivel subida
801 m
Desnivel bajada
801 m
Distancia horizontal
10,9 Km
Tipo de recorrido
Circular
Recomendaciones que os hacemos: llevad buen calzado, porque hay bastantes piedras, id mentalizado porque hay tramos un poco especiales y suficiente agua ¡ no os olvideis la cremita solar, la gorra y por supuesto... la tortilla de patatas, estareis caminando por un parque natural, así que sed educados con la naturaleza, no griteis y no dejeis nada en el monte que no hubiera antes de vuestra llegada.
Y para que Birchinia no se enfade aquí os dejamos también  un mapa

Tempranito, nos dirigimos con el coche al aparcamiento que hay junto a la localidad de San Julián de Banzo en Huesca, está indicado con lo cual no tiene mucho problema  de  ser encontrado,  y una vez allí siguiendo las indicaciones hay que empezar a bajar por el sendero.
Mientras descendemos  Birchinia pone su nota cultureta contándonos por qué se llama la val d'Onsera y es que cuenta la leyenda que este barranco estaba habitado por un gigante que iba siempre acompañado por un oso.


Tras bajar por el sendero llegamos al cauce de un barranco seco por el que empezaremos a ascender poco a poco

 La vegetación que encontramos por aquí es la que se llama de monte bajo, compuesta por carrascas y arbustos, el suelo está lleno de piedras lo que da lugar a los primeros resbalones y pataditas a las piedras de esas que te hacen  sentir todas las terminaciones nerviosas del dedo gordo del pie


 despues el sendero comienza a empinarse, pero se  introduce en bosques bastante humbríos lo que lo hace bastante llevadero

Tras estos bosques y los primeros repechos que hacen que la patata  como Mayte llama al corazón empieza a proferir insultos al resto del cuerpo llegamos a uno de los hitos del camino, la llamada Puerta del cierzo
Aquí, el ruido de agua que corre nos  indica que hay  un manatial que nace justo de esas rocas, encontramos unos  vasos de plástico, que nos hacen  desear a los cochinos que los han dejado que Pitingo versione su canción favorita
 Depues de disfrutar del entorno de la puerta del cierzo, que es un sitio muy curioso seguimos hacia delante en nuestro caminar, llegamos a un paso donde  en la pared de roca hay un cartel muy alentador
 Así que  por no hacer el feo, echamos una oración pequeñita y decidimos seguir, Pero en ese momento miramos al  otro lado de la ladera y ¡Oh sorpresa! la naturaleza nos regala con la visión de cabras salvajes que saltan de roca en roca, casi parecen puntitos que se mueven entre los cantos rodados


Unos pasos hacia delante y  llegamos a una bifurcación, elegimos subir por el paso de la Villeta, que es sin duda el más dificil pero también el más bonito, es un paso equipado, lo que quiere decir que habrá que trepar y ayudarse de las grapas y las sirgas que  hay acondicionadas, si teneis vértigo puede daros un poco de miedo, pero Amedio y Dora también tienen y lo hicieron sin problemas.


 El paisaje del valle que dejamos atrás corta la respiración conforme ascendemos

 Hay un puente de troncos para pasar
 Y otro tramo para pasar a gatomiau, aunque resulta muy entretenido, vamos poco a poco salvando el desnivel


A mitad del paso hay una especie de balcón natural, mirar  el paisaje te llena de  alegría aunque nótese que ninguna de las dos patatillas  suelta la sirga en esta imagen aunque si es aconsejable para a tomar aire y relajarse ante las vistas





¡ Lo logramos! hemos llegado al final del paso y estamos arriba sobre un collado, aquí hay unas ruinas de lo que parece ser una antigua paridera y  las vistas a las gujas de enfrente son muy bonitas, además se pueden observar buitres, y las marcas blancas sobre los agujeros de las rocas que señalan sus nidos  resulta estremecedor verlos volar majestuosos sobre nuestras cabezas...
El barranco sobre el que se levantan estas paredes de roca es nuestro destino y la bajada al mismo se efectua por una pendiente bastante vertical equipada igualmente, eso sí los 2 últimos metros no tienen  sirga y hay que descender   con cuidado
Una vez abajo vemos  un edificio entre los árboles y escuchamos el sonido de un salto de agua   ese será nuestro destino quedarán unos 10-15 minutos de caminar por una senda bien marcada
Finalmente llegamos a la Ermita de San Martín, una  ermita muy antigua, según la Birchipedia, se trataba en origen de un centro de culto asociado a la fertilidad  que fue transformado  al cristianismo  y  en cuyo interior nace una fuente.
Este agua tendría propiedades mágicas y hasta aquí peregrinaban los reyes de Aragón para pedir un hijo varón
 El interior de la ermita es un abrigo de la roca y  dentro de él se encuentra el altar y la imagen del Santo
 La pared que cierra la edificación es una  amalgama de construcciones y  remiendos de diferentes épocas
  Entre la entrada y la propia ermita hay un patio y la  casita del santero
 Detalle de la campana

Casi cayendo sobre la ermita hay un salto de agua que ayuda a refresacr el ambiente y es allí sobre unas rocas donde damos cuenta de nuestro sagrado manjar ¡ La mejor parte de las salidas! ¡ El bocadillo de tortilla!
Todo sería maravilloso si no fuera porque en ese preciso momento empezamos a escuchar berridos,  desgraciadamente entendemos que  no se trata del mitológico gigante con su oso ( ojalá) sino de una manada de homo sapiens , vestidos con una camiseta naranja.
Al principio pensábamos que eran un club de montaña, pero su comportamiento pronto nos hace dudarlo, llegan profiriendo gritos lo cual en un sitio con una banda sonora de viento agua y pájaros resulta terriblemente molesto y  empiezan a pasearse por allí como si no estuviéramos yn el lugar fuese de su propiedad. Se pasan todo el rato gritando y jugando con el eco , aunque un cartel al comienzo de la senda  advertía de posibles desprendimientos.
Así que  aceleramos nuestro bocata y nos vamos pies en polvorosa, para evitar cruzárnoslos de nuevo
( nuestro gozo en un pozo), volvemos por el camino que llegamos y ascendemos de nuevo por  el tramo equipado, pensábamos que iba a ser más duro pero en ningún momento nos lo parece.

Arriba aprovechamos un rato para  hacer fotos de las buitreras
Y Chorche haciendo gala de tener mejor fondo y ser más valiente que la pareja de  muchachas sube a un picacho y hacer fotos desde allí


En  esas estamos cuando de rpente volvemos a escuchar los berridos de la manada de Homo Sapiens que se acerca, han acabado su merienda   y se disponen a regresar  con lo cual nosotros comenzamos  nuestro regreso ipso facto, esta vez no utilizaremos el paso de la Villeta sino que regresaremos por la senda de los burros, hay que andar un poco más pero nos evitamos el tramo equipado, vamos algo más cansados y  por lo tanto  puede ser más peligroso

El camino  va descendiendo entre bosques y es agradable caminar por allí, este camino termina justo en la zona donde esta  el cartel del muchacho desaparecido y a partir de aquí  el camino es idéntico al que hicimos a la ida.


Llevamos un buen paso, pero  tampoco llevamos prisa así que para nuestra desgraciaa la altura de la puerta del cierzo, el grupo de excursionistas ruidosos y mal educados nos da alcance,
Vemos con estupor que además de  andar haciendo un ruido innecesario llevan ramos de flores. Nosotros seremos domingueros con patatas pero sabemos perfectamente que está terminantemente prohibido arrancar o cortar flores, menos aún  si son protegidas como era el caso.
Si  escuchar  sus vocecitas aterciopeladas en la lejanía era molesto caminar a su par se hace completamente insufrible, no paran de autofelicitarse por lo que ellos consideran " Una hazaña" y de planear nuevas salidas, así que si os encontrais  a un grupete de mediana edad, con  camisetas naranjas y un perro yorkshire por el monte seguid nuestro consejo y salid por piernas.
El tono de voz es excesivo tanto que otra excursionista les recuerda que están en un parque natural, pero ellos la ignoran completamente
Birchinia se  caga en su calavera y comienza a correr prácticamente para adelantarles, cuando uno de ellos muy orgulloso comienza a  decir " Oye y no hemos parado" a lo que una Mayte desconocida contesta... " De hablar y dar por el saco"
Nuestros domingueros con patatas  comienzan a reir y deciden tomárselo a risa para no acabar de amargarse el día

dejamos atrás el barranco y  echamos una última mirada al verde paisaje de la sierra de Guara, donde el Salto de Roldán nos promete nuevas  aventuras para más adelante




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